EXPOSICIÓN SALA UNICAJA DE ALMERÍA. 1992
El color de la telaraña.
La telaraña no tiene que responder necesariamente a las reglas establecidas de una geometría, que no siempre entiende el formato del color. Hay un laberinto en cada esquina, multitud de blancos, formas aisladas, un relámpago que se introduce de forma espontánea, sin límites, sin fronteras concretas, más allá del espacio que establece la ideología del cuadro. Sentimientos del verde, vivacidad del azul, marginalidad de marrón, que no es algo exactamente limpio, sino creador de unas reglas internas del paisaje que oculta cada abstracción.
María del Carmen Casas Úbeda ha introducido en su exposición un espacio original propio. Ha abierto puertas a las redes que se están desarrollando en el ámbito de las artes plásticas y su muestra en Almería. Su trayectoria aparece recogida en diversas exposiciones, especialmente en Granada, donde también la Bellas Artes se han colocado en una misma actitud con las artes fotográficas. La relación entre Plástica y Estética Fotográfica adquiere cada vez más sentido, sobre todo en las formas de interpretar una composición, formalidad plana de los colores, proyección de los destellos.
Se teje la lana, que se deshace como una madeja espacial. No hay dimensiones concretas de esta especie de tela de araña que absorbe todas las posibilidades de la imaginación, aprisiona a la creadora, que adquiere la mayor capacidad creativa, su sentido de la creatividad es un viaje cósmico. En realidad los colores tienen el derecho a ejercer todas las posibilidades de situarse en medio de las figuras, abstracción de las ideologías como un viaje al infinito. En realidad hay un punto de partida original, imperceptible, sin confusiones, en todas las propuestas.
Hay un compromiso en el entorno femenino, en que es posible interpretar la poesía como un diálogo de la brillantez. Los signos de la tierra forman laberintos, con el rostro sonriente de la pintora, en medio del paisaje aprisionado de sus cuadros. Los destellos se escapan hacia el azul.
Formación de estrellas, en el futuro nunca habrá año dos mil, no habrá posibilidades de transformar la energía. Quedará el color aprisionado en la tela de araña, hasta que la madeja encuentre de nuevo el punto de partida.
Miguel Ángel Blanco.
Ideal de Almería. Jueves 30 de enero de 1992.